28/7/09

El tiempo se acaba

Al mundo se le acaba el tiempo, y la humanidad es testigo de los cambios que están ocurriendo en él, aquí se viven las inclemencias del tiempo, las guerras, las enfermedades, aventuras y desventuras pero al fin este mundo nos pertenece. Son los antepasados y sus errores; nosotros y los nuestros quienes le hemos dado esta forma, ¿pero qué dejaremos a nuestras generaciones?, ¿acaso un mundo sucio y acabado?, ¿un mundo donde no existe Dios?, ¿un conocimiento y una percepción de la realidad que se limiten a la lente de un microscopio?, ¿el olor a formulas médicas de un laboratorio?, ¿ la incapacidad de ser felices con lo poco o mucho que se posea?, ¿el miedo a enseñar valores mas allá de los errores cometidos, y así formar la integridad en un ser humano?, ¿dónde dejaremos la fé?
Muchas de estas cosas son las que han desencadenado el final, la maldad cubre toda la tierra y mucha de esa maldad está arraigándose cada día mas en los corazones, y de esta forma educamos a hijos, sobrinos y nietos; con miedo a ir más allá de lo aprendido de padres o personas que influyeron en la debida formación como persona, “hacer el bien sin mirar a quien”, es un dicho muy conocido en Venezuela, pero hoy en día el amor de muchos se enfría, pueden ser un sin número de factores los que incidan sobre esta conducta, pero de algo hay que estar seguros y es que quien tiene el poder para hacer la diferencia en este lugar es un grupo de personas que se llama “humanidad”, porque Dios le dio ese derecho fue Él quien entregó esta tierra para la “humanidad”, si bien esta palabra define: imperfección; también define: compasión, afabilidad, benignidad, mansedumbre. Es esa humanidad la que se debe avocar al rescate del mundo, ¿cómo?, simplemente “rescatando lo perdido”
Es momento de entrar en batalla una batalla que comience primero con nuestro yo interno, es momento de recapacitar y observar a nuestro alrededor, mirar en que abismo se hunde la Tierra, hay que dejar los egoísmos, tomar conciencia y empezar a resolver los problemas, dejar a un lado diferencias de cualquier tipo, es tiempo de educar verdaderamente a las personas, es el momento de que las familias resuelvan las diferencias y vuelvan a unirse, hay que perdonar, y de seguro habrá un mejor mañana poniendo en práctica esto. No se puede esperar que los líderes del mundo se hagan cargo de estas cosas por sí mismos, pues a saber es la sociedad quien vive el día a día en las calles y ve lo que ellos no ven, padece lo que ellos no padecen.
Si bien es cierto que al mundo se le acaba el tiempo, se puede dar un giro a favor de él y hacer la estadía en la Tierra más confortable; la única forma de lograrlo es sembrar el amor, levantando una generación que no cometas los mismos errores del pasado, que pueda tener verdad en sus corazones, sueños, alegría en su alma y libertad. Una generación que tenga el poder, que no se pervierta con él y no tema usarlo en beneficio de los demás.

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